El hombre artificial siempre fue una fantasía que resulta tan atractiva como inquietante. Como ocurre con las fantasías, tarde o temprano a alguien pensó en llevarla a la práctica. Desde los autómatas de Vaucanson y Jacquet-Droz (tan admirados en el Siglo de las Luces) hasta esos vistosos robots humanoides que la televisión sueles usar para darles color en sus noticieros, aún suelen provocar ciertos temores.

» Pablo Capanna | pagina12.com.ar


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